8.1.07

John Tamburini y Dolly Scarlett

El 8 de enero de 1977, John Tamburini (graduado con honores en la Universidad de Michigan) enviaba su primer guión a su tío Charles Armentano, un exitoso productor de la Costa Oeste. Se trataba de 325 Lincoln Avenue, una historia ambiciosa, en la cual se entrecruzaban las vidas de cinco vecinos de un edificio de Los Angeles. Así lo resumía J. Tamburini en su carta a Charles:

“En el primer piso se aloja Mr. Hill, un padre de familia que lleva una vida apacible, pero esconde un asombroso secreto que no puede develar. Mientras tanto, desde el piso décimo, un agente de la CIA intenta desbaratar una organización terrorista que planea asesinar al presidente de los EEUU. Tres pisos más abajo, un alto funcionario gubernamental descubre que su hijo es homosexual, lo que pondrá en riesgo su promisoria carrera política. Finalmente Jeff, un ex convicto que ha regresado en busca de venganza, conoce a Linda, una joven neoyorquina que cambiará su vida para siempre.”


Dos semanas después, Tamburini recibía un telegrama de su tío: “Querido John: lamento decirlo, pero no tienes talento. Jamás he leído una historia tan larga y previsible como la tuya. Será mejor que olvides esto y consigas un buen empleo”. Presa del desengaño, John se emborrachó, desparramó las páginas de su guión y puso fin a su vida.

Antes de telefonear a la policía, Dolly Scarlett (ama de llaves de la familia) guardó las páginas en una carpeta y envió la misma a Charles Armentano. A la semana, este le ofrecía un contrato para el rodaje de cuatro films:

Secreto carnal: Un ex convicto esconde a Linda; un asombroso secreto que no puede develar y pondrá en riesgo su promisoria carrera política.
El regreso de Mr. Hill: Un alto funcionario gubernamental que cambiará su vida para siempre, ha regresado en busca de venganza.
La sorpresa de Jeff: Un homosexual conoce a una joven neoyorquina y descubre que su hijo es agente de la CIA.
Terror en Washington: Un padre familia que planea asesinar al presidente de los EEUU, intenta desbaratar una organización terrorista que lleva una vida apacible.

Dolly Scarlett, referente indiscutido del cine Clase B, es millonaria y analfabeta.

FOTO: En una actitud que explica el desenlace de esta historia, Dolly se aferra celosamente al diploma de Tamburini.